Los griegos ‘limpian’ de inmigrantes las zonas más céntricas de sus ciudades: “Están aterrorizados”, lamentan las ONGs progres
En las afueras de la ciudad griega de Patras, todavía quedan unos cuantos inmigrantes ilegales en las ruinas de la fábrica Piraiki. El 19 de mayo pasado, en una pelea, un inmigrante afgano apuñaló un joven griego que murió a consecuencia de sus heridas.
El farmacéutico Spyros Pukamisas murió de tres balazos por resistirse a un atraco. Fue un crimen que podría haber ocurrido en cualquier ciudad del mundo, pero en Atenas tocó un nervio social muy sensible. Los muchachos nazis de Aurora Dorada se presentaron poco después en el domicilio de la víctima, como suelen hacer, para expresar sus condolencias. La crisis ha provocado un fuerte aumento de la delincuencia en Grecia, y el sentimiento de inseguridad por la ruina del país multiplica la sensación de miedo.
Los agresores huyeron luego en un coche amarillo. Podrían ser griegos, o no. La gran mayoría de los atenienses supuso de forma automática que se trataba de extranjeros. Muy posiblemente albaneses, paquistaníes o turcos, porque esas son las comunidades inmigrantes más odiadas.
El jueves cerraron numerosas farmacias atenienses, como gesto de protesta. Ayer lo hicieron las farmacias del Pireo.
La Asociación de Farmacéuticos de Atenas fue aún más lejos: “Este crimen demuestra que nuestra sociedad está en un estado de colapso y se ha rendido ante una actividad criminal incontrolada”, afirmó la asociación en un comunicado.
Los asesinatos y homicidios han registrado una subida leve, del 5%, desde 2010, cuando se constató la quiebra. Otros delitos, sin embargo, se han disparado. Los asaltos armados a viviendas subieron más del 100% entre 2010 y 2011, y la policía estima que el aumento será aún mayor este año. Los atracos callejeros, los hurtos y las agresiones son frecuentes. La policía, carente de recursos para mantener la flota de coches-patrulla y desmoralizada por los recortes salariales, se siente impotente.
Aurora Dorada, que obtuvo el 7% de los votos en las elecciones de mayo, no se dedica sólo a dar palizas, proponer fronteras blindadas y expulsiones masivas, también excita el nacionalismo más rastrero. Como tras la muerte del farmacéutico, acuden de forma personal a ofrecer su apoyo a las víctimas de la delincuencia. Acompañan como guardaespaldas a los ancianos que se sienten inseguros. Se presentan como los únicos que pueden proteger al ciudadano de a pie frente a un torbellino de violencia y miseria. Son, según ellos, el único amigo del griego humilde.
Este último párrafo es digno de estudio. A los progres, que suelen ponerse siempre de parte de los inmigrantes aunque sean delincuentes, les molesta que Amanecer Dorado se ponga de parte de los ancianos y griegos humildes que sufren todos esos atropellos provocados precisamente por la inmigración que los progres promueven, alientan y defienden
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