Desde prisiones advierten del gran peligro de reincidir de los violadores excarcelados
Los violadores y asesinos múltiples tienen una alta posibilidad de reincidencia una vez salen de prisión. Así lo ha manifestado esta mañana el máximo responsable de las prisiones españolas. En los próximos días podrían quedar en libertad tres de estos delincuentes tras anularse la doctrina Parot. Uno de ellos es el asesino de Olga Sangrador. Cometió el delito durante un permiso penitenciario.
La Audiencia de Valladolid hará público en las próximas horas si queda ya en libertad o continúa en la cárcel hasta 2016 por aplicarle esa misma doctrina sólo a una parte de su condena. Tiene 51 años y lleva 21 en prisión. Desde 2010 los tribunales pueden establecer un periodo de libertad vigilada tras cumplir una condena. Eso han hecho con José Franco, el Boca, condenado por violar a una mujer tres meses después de quedar en libertad tras asesinar a una niña en Huelva.
Esta medida no puede aplicarse a quienes cumplen condena desde antes de esa fecha. Es el caso de Miguel Ricart, uno de los asesinos de las niñas de Alcásser. El secretario general de prisiones alertaba sobre su dudosa reinserción.
Angel Yuste, ha reconocido que Miguel Ricart "no tiene pronóstico favorable de reinserción", y ha puntualizado que no sabe cuándo saldrá de prisión en aplicación de la sentencia del Tribunal de Estrasburgo contra la 'doctrina Parot'. La Audiencia de Valencia espera sólo un informe, el de la abogacía del estado, para decidir en los próximos días la excarcelación de Ricart. La fiscalía es favorable a su puesta en libertad.
"Lo que las víctimas quieren es una imagen actual de él por si se lo encuentran por la calle. Es una autoprotección, por si alguien sale por la calle y se lo cruza", señala María José Varela, abogada de una de las víctimas.
Manuel González era carnicero. Utilizaba cuchillos o punzones, entre otros objetos, para clavárselos a las mujeres en sus glúteos. Acabó con la vida de Carmen Díaz, de 31 años, en una parada de metro donde hay una placa en su memoria.
A raíz de los hechos, este jueves se celebró una reunión para informar a las víctimas, en la Audiencia de Barcelona. Eduardo Torres-Dulce, fiscal general, habló al respecto. "La policía tiene unas funciones de prevención, de carácter delictivo, de supervisión de situaciones peligrosas y nosotros ponemos en conexión estos datos con todos aquellos que recibimos de centros penitenciarios".
Los psiquiatras aún consideran que sufre una inclinación sexual sádica y que no está rehabilitado. "Por su configuración mental al experimentar placer causando daños a las víctimas, hay un riesgo extremo de que vuelva a cometer actos de esa naturaleza", dice Varela, la abogada de una víctima.
Fue la noche del 21 de enero de 1992. Marta Obregón regresaba a su casa después de haber estado unas horas en el club Arlanza, un centro del Opus Dei de la capital burgalesa. La joven periodista había estudiado en la Universidad Complutense de Madrid y se había alojado en el colegio mayor de la congregación de las agustinas misioneras. En su etapa universitaria entró en contacto con el Camino Neocatecumenal, más conocido como los 'kikos', el movimiento liderado por Kiko Argüello. Su compromiso religioso le llevó, también, hasta Taizé, la comunidad de la Borgoña francesa donde muchos jóvenes pasan veranos atraídos por el legado espiritual del hermano Roger.
Marta era una joven feliz y muy guapa. Estaba a punto de cumplir 23 años. Su depredador también se había fijado en ella y aquel fatídico día la estaba esperando en el descansillo de su casa. Su cuerpo apareció cinco días después, cosido a puñaladas, en un descampado de las afueras de Villagonzalo Pedernales, muy cerca de Burgos. Gallego se había cobrado su presa la misma noche del 21 de enero, el día de Santa Inés, la primera mártir oficial de la pureza. Con tan solo 12 años, Inés murió decapitada en el siglo III por negarse a mantener relaciones sexuales con un pretor romano durante la persecución del emperador Diocleciano. En su memoria, cada 21 de enero se bendicen en la plaza de san Pedro los corderos –Agnus/Inés– con cuya lana se tejerán los palios de los arzobispos.
Al oponerse al agresor, Marta Obregón recibió 14 puñaladas, las mismas que María Goretti, la joven italiana que murió en 1902 después de enfrentarse al joven que intentó violarla. Su asesino, Alesandro Serenelli, fue condenado a 30 años de trabajos forzados. Luego se arrepintió de manera pública. Al salir de la cárcel y tras pedir perdón a la madre de su víctima, ingresó como jardinero en un convento capuchino. Asistió a la beatificación de María en 1947 –incluso fue testigo en la causa– y a su canonización, tres años más tarde. Esto sucedió hace 63 años y el proceso se alargó más de 40.
El Vaticano aceptó en 2007 iniciar el proceso de beatificación de Marta Obregón, que cuenta ya con el título de 'Sierva de Dios'. Luego tendrá que ser declarada 'venerable', antes de ser beata y subir a los altares como santa. Sus impulsores destacan su «servicio a la causa de Dios en vida, entregada a Jesucristo al defender la virtud de la castidad». Tanto el Camino Neocatecumenal como el Opus Dei desarrollan una gran actividad para mantener engrasado el proceso, con el arzobispo de Burgos, Francisco Gil Hellín –también del Opus y benefactor de los 'kikos'– a la cabeza. El prelado presentó en Roma la iniciativa ante la Congregación para la Causa de los Santos que, el 28 abril de 2007, emitió el 'nihil obstat' (nada que objetar), declarando que no existe ningún obstáculo por parte de la Santa Sede para el inicio de la causa de beatificación de Marta, que se abrió en junio de 2011.
«No se ha arrepentido»
El veredicto del Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo ha devuelto a la actualidad el suceso y el proceso de beatificación de Marta. El abogado de Pedro Luis Gallego ha presentado ya en la Audiencia de Burgos un escrito en el que fundamenta la petición para excarcelar al delincuente en serie, que lleva casi 21 años en prisión, ahora en la cárcel de Teixeiro (A Coruña). En 2008 se le aplicó la 'doctrina Parot', lo que había alargado su condena hasta 2022.
El jueves 31 de octubre, el periódico del Vaticano 'L'Osservatore Romano' se hacía eco de la excarcelación de la etarra Inés del Río y del contenido de la sentencia contra la 'doctrina Parot', que va a poner a prueba a la sociedad española y a decenas de familias afectadas. La madre de Marta, miembro del Opus Dei, aseguró en su día que había perdonado al asesino de su hija. Pero no estaba de acuerdo con que saliera de la cárcel porque «no se había arrepentido de sus maldades».
Emilio Muñoz fue condenado a la pena de 42 años y 18 meses de prisión por un delito de asesinato y otro de detención ilegal. La liquidación de la condena se practicó el 26 de abril de 1999 fijando la extinción de la pena el 21 de septiembre de 2025.
Por auto de julio de este año se aplicó al penado la doctrina Parot, por lo que Emilio Muñoz Guadix no extinguiría su condena hasta agosto de 2022 pero ahora, al darse las condiciones para que esa doctrina no deba aplicarse, la Sala indica que la pena de prisión impuesta debe declararse ya extinguida.
La Audiencia de Toledo juzgó el caso de Anabel Segura tras hallarse el cuerpo entre los escombros de una antigua fábrica de cerámica de Numancia de la Sagra (Toledo) dos años después de que la joven madrileña hubiese desaparecido.
En este caso, se acusó a Emilio Muñoz Guadix y a Cándido Ortiz, aunque el segundo murió en 2009 mientras cumplía condena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario