martes, 4 de diciembre de 2012

Denuncian que delegados de CCOO y UGT


Denuncian que delegados de CCOO y UGT declaran a favor de Mercadona en el juicio contra un militante de CNT

Desagradable noticia en caso de ser tal cual aquí se explica.
Se realizo el juicio por el despido de Antonio en Mercadona en Granada, donde los compañeros de CNT han llenado la sala para arropar a nuestro compañero y se vea con los hechos que todo se trata de una persecución sindical.

En el juicio se ha repetido la escena de los delegados sindicales de CCOO-UGT lamiéndole el culo a los altos ejecutivos de esta mafia-empresa. No han tenido ningún problema en declarar contra el trabajador y a favor de excusas contradictorias e insostenibles de Mercadona.

A esta mafia-empresa le viene fenomenal la declaración a su favor de estos sindicatos amarillos ya que asi pueden camuflar la persecución sindical que siguen sistematica (de hecho han perdido casi la totalidad de los juicios con CNT por este motivo).

De hecho nuestro compañero Antonio ya fue despedido hace unos años y tras el proceso judicial Mercadona tuvo que readmitirlo al quedar demostrado que había sido despedido por “persecución sindical”.

Ahora vuelven a por él, porque solo quieren gente sumisa y que agache la cabeza, que sepa Mercadona y la patronal que no nos vamos a quedar de brazos cruzados. Y que sepan también las empresas-pseudosindicales CCOO-UGT que no olvidamos todas y cada una de sus acciones contra la clase trabajadora.
Autogestión y sindicalismo
La palabra ‘autogestión’ nos sirve para explicar cosas importantes. Aunque relativamente reciente —al parecer vio la luz en la estela del mayo francés de 1968—, remite en realidad a ideas muy anteriores. Hoy nos es útil para dar cuenta de la deriva del sindicalismo entre nosotr@s.

Los dos principales sindicatos que existían antes de la guerra civil, la CNT y la UGT, peleaban por construir espacios económicos y sociales de los que los trabajadores fueran los únicos responsables, lejos de la lógica y de los intereses del capital. Es verdad, claro, que el empeño de la CNT en esa tarea fue más fuerte que el de UGT.

El sindicalismo hoy mayoritario se ha alejado lamentablemente, en cambio, de cualquier proyecto autogestionario. Si se me permite la ironía, su único resultado en este terreno, luego de disponer de recursos ingentes, ha sido la creación de una agencia de viajes. La perspectiva de dejar atrás el capitalismo no forma parte del horizonte mental correspondiente.

Es urgente recuperar el espíritu autogestionario de nuestros abuelos y pelear para construir espacios de autonomía en los cuales apliquemos reglas del juego diferentes. En los últimos tiempos empiezan a llegar noticias de empresas que, cerradas por sus propietarios, acaban en manos, autogestionariamente, de sus trabajadores. Habrá que dedicarle tiempo a eso.La crisis y el pactismo de UGT Y CCOO están sin duda entre las causas de un cierto auge de los sindicatos minoritarios y alternativos. Aunque todavía muy fragmentados y descentralizados convocaron manifestaciones masivas, al margen de los mayoritarios, durante la pasada huelga general en lugares como Madrid, Barcelona, Zaragoza y Gijón. Pero el fenómeno viene de más atrás. En Asturias por ejemplo, un sindicato obrerista de corte radical que nació como una escisión de CCOO, la Corriente Sindical de Izquierdas(CSI), es desde hace tiempo el más votado y el mayoritario entre los funcionarios de la Administración autonómica, suceso similar al que sucede con LAB en Navarra. Junto a CGT o CNT, han apostado por un “sindicalismo de pequeña escala”, reivindicaciones sindicales en pequeños centros de trabajo, con concentraciones y campañas paralelas apoyadas por movimientos sociales, como en la Pizzería La Competencia de Oviedo en 2010 o el Palacio de los Niños de esa ciudad al año siguiente, ambas saldadas exitosamente. Lo mismo ocurre en la enseñanza pública con SUATEA, un sindicato alternativo asturianista. Ambos funcionan sin subvenciones públicas ni liberados, aunque SUATEA admite liberaciones con un límite temporal de cinco años, siempre que compaginen con jornadas de trabajo en el centro.

En todo caso, el avance de los minoritarios es más lento de lo que a muchos les gustaría. Por ello, Carretero (Solidaridad Obrera) clama por la “independencia psicológica y organizativa de CCOO y UGT. Cree que aunque la gente es crítica con estos dos sindicatos, todavía le dan miedo otras cosas. ¿Las causas? “Nos ven como los radicales de siempre, muy divididos y muy débiles, piensan que no hay referentes”. De ahí viene su apuesta por la unidad del sindicalismo alternativo y su confluencia con el 15M, al que perciben con cariño. Además, se atisba la llegada de nuevos agentes al juego: los parados, tras el previsible fracaso del Gobierno para reducir el desempleo, o el personal laboral de la Administración, hasta ahora inmune. Para incorporarlos, los sindicatos primero tendrán que ser más perceptivos a la complejidad de la sociedad, señala Arístegui, como hace el SAT en Andalucía, que engloba desde anarquistas hasta a alcaldes de IU, desde cooperativistas, a campesinos, precarios o funcionarios.

Beatriz Quirós (SUATEA), cree, no obstante, que las propuestas de este “otro sindicalismo” tienen “cada vez más audiencia en la sociedad”, que en el caso de su sindicato valora su valentía al no haberse dejado llevar por la ola de “mercantilización de la educación”, y apuesta por ampliar la democracia directa, con representantes revocables en asamblea, y el carácter sociopolítico de estas organizaciones, comprometiéndose con internacionalistas, feministas, ecologistas o grupos de reivindicación lingüística, algo que hace con éxito LAB en Euskadi y Navarra. Varios entrevistados plantean necesidad de constituir una plataforma estatal o autonómica estable entre los minoritarios y de superar la autoconsideración de lobby de CCOO y UGT. Finalmente, frente a un sindicalismo centrado en aquellos que ya tienen empleo, Padilla se plantea “¿cómo se combinan los derechos –renta básica, transporte gratuito- con entrar y salir del mercado de trabajo?”. El testigo lo coge Redondo, que apuesta por volver al pasado para conquistar el futuro: “hay que recuperar las antiguas Comisiones Obreras de los 70, interesadas por todos los derechos sociales que afectaran al trabajador, para alcanzar a través del territorio a la gente que no tiene cobertura sindical diaria“.

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