lunes, 21 de enero de 2013

asi mantenemos Al-Qaeda


España pagó 15 millones al secuestrador de In Amenas

Zapatero fue el primero en ceder al chantaje del islamista Mokhtar Belmokhtar, y Rajoy continuó por la misma senda. Mantuvo como rehenes a cinco españoles.
España pagó 15 millones al secuestrador de In Amenas
15 millones de euros en rescates. Aproximadamente esa es la cantidad que los Gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy entregaron al islamista Mokhtar Belmokhtar, ideólogo del secuestro en masa en la planta gasística de In Amenas, por la liberación de cuatro españoles secuestrados en el norte de África.

El presidente Zapatero dio el pistoletazo de salida a lo que se convertiría en el modus operandi de España a la hora de afrontar secuestros de nacionales a manos de integristas islámicos en el Sahel: se pagaría a los terroristas; habría negociación. El 19 de noviembre de 2009, tres cooperantes catalanes, Albert Vilalta, Roque Pascual y Alícia Gámez eran secuestrados por un grupo de salafistas comandados por Belmokhtar, el Tuerto, entonces uno de los principales dirigentes de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI). Tras nueve meses en manos de sus captores, eran liberados, previo pago, Vilalta y Pascual. Era agosto de 2010. Si bien el Gobierno socialista nunca admitió una contraprestación pecuniaria, los terroristas admitieron en un vídeo que el Ejecutivo había satisfecho “algunas de sus exigencias”, y celebraban la actitud de Zapatero y los servicios secretos españoles. ¿Cual fue la cifra que alegró a los islamistas? Ocho millones de euros “desde el comienzo hasta el final” de las negociaciones, reconocía una fuente maliense –presente en los tratos– a France Press. Ocho millones que vinieron a reforzar a la rama más rica de Al Qaeda, y cuyo principal negocio son los secuestros.

Belmokhtar interpretó el pago de Madrid como una carta blanca para secuestrar españoles. Aprendió la lección: España paga. Tras su expulsión de AQMI por “comportamiento díscolo”, el Tuerto optó por fundar un nuevo grupo terrorista. Así nació, a mediados de 2011, el Movimiento para la Unicidad de la Yihad en África Occidental (MUYAO), formado sobre todo por mauritanos y malienses. Una de sus primeras acciones fue secuestrar a dos españoles: Enric Gonyalons y Ainhoa Fernández, voluntarios en un campo de refugiados de Tinduf, en el Sáhara Occidental. La Moncloa estaba dirigida entonces por Zapatero, pero fue Mariano Rajoy quien abonó el pago, ya como nuevo presidente. El popular, que meses antes había criticado la claudicación de Zapatero ante el terrorismo internacional, cuando hubo de vérselas con Belmokhtar optó por continuar la senda Zapatero. Pagó a tocateja 7,5 millones de euros por la liberación de Gonyalons y Fernández, tal y como reconoció el propio MUYAO, que inicialmente había pedido el doble. Aquel 17 de julio de 2012 Belmokhtar había recibido ya 15,5 millones de euros de los gobiernos de España. Tan sólo medio año después, el pasado 16 de enero el Tuerto iniciaba su proyecto más ambicioso: el secuestro de más de 800 trabajadores de la planta gasística de In Amenas. La operación se ha saldado con decenas de civiles ejecutados, e incluso ha llegado a ser calificada de “acto de guerra” por el ministro de defensa galo, Jean-Yves Le Drian. El armamento de guerra incautado tras el abatir al último yihadista ha sido abundantísimo.
Los testimonios de los secuestrados en Argelia arrojan luz sobre el ataque
Al menos 37 trabajadores extranjeros de ocho nacionalidades murieron en el ataque en la planta de gas argelina que concluyó el sábado tras una operación militar.
Los testimonios de los trabajadores que sobrevivieron al ataque terrorista del pasado miércoles contra la planta de gas de In Amenas, en el sureste de Argelia, se suceden diariamente en los medios locales, arrojando luz sobre algunos detalles confusos o desconocidos sobre el incidente.

Kamel, un trabajador argelino, cuenta como el pasado miércoles se dirigía con un grupo de empleados en un vehículo de servicio hacia la puerta donde repentinamente irrumpieron a tiros los secuestradores.

Sorprendidos por lo ocurrido, intentaron dar la vuelta, pero el vehículo se quedó atrapado en la arena, dijo Kamel antes de explicar que, entonces, todos se apearon y comenzaron a correr.

En su huida, un ciudadano japonés y otro filipino que iban con ellos, cayeron al suelo, fueron alcanzados por los asaltantes y asesinados a sangre fría, según su relato.

"Después entraron en la zona de las residencias y comenzaron a buscar a los extranjeros. Disparaban contra las habitaciones cuando los ocupantes se negaban a abrir", dijo Kamel.

Este trabajador también contó cómo un empleado malasio fue asesinado cuando regresaba a su habitación desde el restaurante donde había desayunado.

Al menos 37 trabajadores extranjeros de ocho nacionalidades diferentes murieron en el ataque y toma de rehenes, siete de los cuales aun no han podido ser identificados. Además, según ha explicado el el primer ministro de Argelia, Abdelamalek Selal, hay todavía 5 trabajadores desaparecidos.

Abdelgani M., originario de Skikda, en el este de Argelia, contó a los medios locales como fue liberado tras el asalto de las fuerzas especiales del Ejército después de 29 horas de secuestro en las que, según confesó, vivió sumido en un pánico absoluto.

"Los terroristas comenzaron a reunir a unos 500 argelinos en una zona, mientras ataron con alambre a un centenar de rehenes occidentales y les colocaron una cuerda al cuello uniendo a unos con otros", agregó.

Según su testimonio, después de esto, los argelinos fueron trasladados a otro lugar donde tuvieron libertad de movimiento.

Abdelgani relató que, desde el principio, los agresores habían anunciado su intención de llevarse a Mali a los rehenes extranjeros, pero que se vieron sorprendidos por el ataque lanzado por las fuerzas especiales del Ejército.

Por su parte, una enfermera identificada como N.S., de 21 años, que trabajaba en el centro médico del vasto complejo gasístico, cuenta cómo ella junto a un grupo de unas doscientas personas logró escapar antes de que se iniciara la operación de rescate.

"Al amanecer comenzaron a sonar las sirenas del complejo sin parar y pocos minutos después empecé a escuchar disparos", dijo.

"Alguien llamó a la puerta de la habitación y abrí, me preguntaron si era extrajera y después me ordenaron que me quedara en mi habitación sin salir", agregó.

La enfermera relató que mientras hablaban con ella tuvo tiempo de ver como le disparaban en la espalda y en la cara a un médico que intentaba huir.

Según su testimonio, los agresores tenían una lista con los números de las habitaciones ocupadas por los trabajadores extranjeros del complejo, operado por la argelina Sonatrach, la británica BP y la noruega Statoil.

Al menos 792 personas, entre ellas 107 extranjeros, lograron escapar o fueron liberadas por el Ejército, que se enfrentó a la mayor crisis de rehenes ocurrida en Argelia en más de una década.
Hallan 25 cadáveres más en la planta secuestrada por Al Qaeda

Continúan las labores de investigación mientras el ministro de Comunicación argelino advierte que la cifra de fallecidos no es definitiva.
Las investigaciones en la planta de gas secuestrada la pasada semana han conducido al descubrimiento de 25 cadáveres tras el último asalto que ayer, sábado, lanzó el Ejército argelino para liberar a decenas de trabajadores retenidos.

Según información del canal argelino de televisión Ennahar los nuevos cuerpos encontrados en la planta gasística del desierto argelino aún no han sido identificados. De ser cierto -no hay fuentes oficiales que confirmen esta información- el hallazgo elevaría de forma cuantiosa el número de víctimas mortales, que tras la cruenta operación de rescate el ministerio de Interior argelino cifró en 23 rehenes y 32 presuntos terroristas.

El ministro argelino de Comunicación, Mohamed Said, ya advirtió esta mañana a través de la radio nacional que esas cifras podrían no ser definitivas y aumentar en las próximas horas, a medida que avancen las investigaciones.

Siguen las labores de búsqueda

En este sentido, insistió en que las labores de búsqueda y rescate se prolongarán durante horas en la planta, que fue asaltada el pasado miércoles por una banda de yihadistas que exigían el fin de la intervención militar extranjera en el vecino Mali.

Según las autoridades, antes de la cruenta operación de rescate final, las fuerzas argelinas lograron liberar 792 rehenes -107 extranjeros- que estaban retenidos por un grupo que se autodenominaba "los firmantes de la sangre", supuestamente liderado por el radical Mojtar Belmojtar, alias Jaled Abu El Abbes.

Hasta la fecha, Japón ha advertido que carece de noticias sobre diez de sus ciudadanos que supuestamente estaban retenidos en la planta, mientras que el Reino Unido ha cifrado en tres los muertos británicos y tres el número de sus desaparecidos.

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