jueves, 31 de enero de 2013

La cuadrilla de los impostores


Rubalcaba, Zapatero y De la Vega utilizaron la mentira durante una década de negociación con los etarras
La cuadrilla de los impostores: el PSOE sigue negociando con ETA
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Esta es la historia de una mentira encadenada, -La cuadrilla de los impostores-. “El PSOE nunca se sentará en una mesa con Josu Ternera”. Esta afirmación de Alfredo Pérez Rubalcaba data del 2 de marzo de 1999. El 31 de mayo de 2005, el hoy presidente de los socialistas vascos, Jesús Eguiguren, se daba la mano con Josu Ternera –“Como nos conocíamos, nos dimos la mano con toda naturalidad”– en Ginebra para negociar una hoja de ruta compartida por el Gobierno y ETA. “No desvelo ningún misterio, pues Josu Urrutikoetxea (Josu Ternera) es la persona de la que se ha dicho, por activa y por pasiva, que fue el interlocutor de ETA en los primeros contactos”, revela Eguiguren en su libro ETA, las claves de la paz.

El encuentro detallado por el presidente de los socialistas vascos se produjo tras un intercambio de cartas entre la banda terrorista y Rodríguez Zapatero, recogido en el libro. En las misivas, ambas partes mostraban su voluntad de emprender un proceso de diálogo. La publicación de la correspondencia deja en evidencia, por ejemplo, a María Teresa Fernández de la Vega, por entonces vicepresidenta del Ejecutivo, quien, el 21 de enero de 2005, declaró en rueda de prensa que “ni el Gobierno ha recibido ninguna carta ni tiene una interlocución abierta con ETA”.

El 23 de mayo de 2005, a una semana justa del encuentro entre Eguiguren y Ternera, José Antonio Alonso, ministro de Defensa, proclamó que “quiero dejar muy claro que no hay negociación con la banda terrorista ETA”. Ya en enero de 2006, con la hoja de ruta “ratificada” por un documento fechado el 2 de noviembre de 2005, Juan Fernando López Aguilar, ministro de Justicia, indicó que “no hay negociación con ETA ni nada que se le parezca”. “Ni el Gobierno está hablando ni ha autorizado contacto alguno con la banda. ¿Está claro?”, incidía De la Vega en febrero de 2006. “El Gobierno ni ha negociado ni va a negociar con ETA”, puntualizaba el 25 de febrero de 2006 Jordi Sevilla, ministro de Administraciones Públicas, en respuesta a una manifestación de la AVT.

Los fragmentos que han trascendido del libro de Eguiguren corresponden a la tregua que finalizó el 30 de diciembre de 2006, con el atentado de la T-4 en el que murieron dos personas. Anteriormente hubo más indignidades, como la rúbrica de Zapatero del Pacto Antiterrorista en 2001, cuando “todo (entre Gobierno y ETA) empezó en el caserío de Txillarre a principios de 2000”, reconoce el presidente del PSE.

En octubre de 2006, Rubalcaba, que ha ejercido de policía malo de la película, declaraba que “no existen tales discusiones, negociaciones, ni hay intermediarios, ni ese tipo de reuniones en Oslo”, contradiciendo las actas de la banda terrorista.

Tras los asesinatos de la T-4, Zapatero ordenó, en teoría, “suspender todas las iniciativas para desarrollar el diálogo”, lo que desmintió posteriormente. Rubalcaba agregó que “el proceso está roto, liquidado y acabado”. El Gobierno de Patxi López, incluso, tachó de “burda manipulación” y “paranoia” las denuncias atinadas de Jaime Mayor Oreja.

Las mentiras se han alimentado en la última década. Según ha publicado Alberto Lardiés en LA GACETA, “el proceso ha mutado, la negociación utiliza ahora intermediarios, fundaciones como el centro Henri Dunant, Dialogue Advisory Grupo y Noref”, aportando evidencias. Sin embargo, y sin sonrojo, siempre se podrá, como José Blanco, negar a Eguiguren.

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