sábado, 25 de agosto de 2012

el resurgimiento


En la última década, a consecuencia de las continuas políticas económicas represivas y la constante inmigración, diversos partidos nacionalistas han conseguido gran apoyo popular y obtenido escaños en los parlamentos europeos.
 
Ejemplos sobran: La dinastía Lepen en Francia, el Partido Verdaderos Finlandeses, el Partido del Pueblo Danés, el Partido Demócratas de Suecia, el Partido del Progreso en Noruega, el Partido Interés Flamenco en Bélgica, Partido para la Libertad en Holanda, la Liga Norte en Italia, Unión Democrática de Centro en Suiza.
    
Otras formaciones nacionalistas que han logrado crecer en los últimos años son el Ataka búlgaro, el Partido Nacional (NS) checo, el Samoobrona (Autodefensa) polaco, el Partido para la Libertad (FPÖ) austríaco, la formación lituana Orden y Legalidad, la Alerta Ortodoxa Popular (LAOS) y el Jrisi Avgi (Amanecer Dorado) de Grecia y el Partido Nacional Eslovaco (SNS)
 
Son muchos los sectores que no les beneficia que Europa recobre ese orgullo ancestral por sus raíces. Está el sionismo, que no quiere perder una de sus fuentes principales de ingresos como tampoco la carne de cañón para sus guerras en Medio Oriente. Está la Rusia de V. Putin, que no quiere una Europa fuerte que le haga frente a sus políticas expansionistas. Están las transnacionales americanas y japonesas que quieren apoderarse del mercado europeo.
    
El lamentable atentado en Noruega viene a ser un evento de trascendencia, pues lo más probable es que se inicie una cacería de brujas en contra de los movimientos de discurso nacionalista, a la vez, de que el establishment buscará encauzar la opinión mundial para que desprecie el nacionalismo y acepte sin resistencia el globalismo multicultural.
 


Ante esto, los nacionalistas habremos de prepararnos para nuevos tipos de obstáculos que sin duda pondrán a prueba nuestra resistencia y voluntad.  
Las Contradicciones en el caso de Anders Breivik y el objetivo de los atentados en Noruega. La izquierda está contenta, los neoliberales aclaman y el sionismo celebra. Un “fundamentalista cristiano” ha cometido un atroz crimen en nombre de los ideales del nacionalismo, ya no tienen trabas, por fin tienen un pretexto para exclamar al unísono como si de viejos aliados se tratasen “¡Que inicie la cacería de brujas derechistas!”    

Los chicos conscientes e informados, esos mismos que critican con vehemencia el terrorismo islámico o de izquierda como una conspiración del gobierno, callan y aceptan el veredicto de los medios de comunicación: El terrorista es un cristiano fundamentalista, neonazi, de ultraderecha y anti musulmán.

  
En su Manifiesto, lo que defiende es el “cristianismo cultural”, esto es, Breivik considera como sus hermanos a los cristianos creyentes, a los cristianos agnósticos y a los cristianos ateos, lo que indica claramente que su cristianismo no es de estirpe religiosa, pues para él, cristiano solo es un modo de referirse a los europeos no marxistas y no musulmanes.
 
Algo que no han mencionado los medios de comunicación, es que al parecer este luterano es masón, exmiembro (expulsado hace unos días) de la Orden St. Olaus til de tre Søiler, ocupando el tercer grado (de 10 en existencia). Existe una foto suya en donde aparece usando vestimenta con símbolos masónicos. Aquí vienen los primeros dolores de cabeza para la izquierda y los burgueses: Si los masones son enemigos del nacionalismo y de la religión cristiana… ¿Cómo se puede ser masón y de ultraderecha a la vez?

Al no saber que responder, la izquierda grita tratando de desviar la atención “¡es un maldito nazi fascista!”. Nosotros preguntamos: ¿Lo es?
    
En su mismo manifiesto nos habla de los ‘nazis’ y de Hitler: “Ataco a los neonazis por glorificar a Hitler porque, al matar judíos, le abrió las puertas al Islam.” Claro, ataca también a los judíos… pero solo a los ‘anti-sionistas’ ya que… ¡este multihomicida es pro-sionista! Nos dice que no es un nazi debido a su ideología y que tiene el sueño de una gran alianza de los pueblos nórdicos y los judíos para luchar contra el Islam.


Para acabar con la enorme sorpresa que nos produce esta contradicciones –y para contribuir al dolor de cabeza de la izquierda y de los burgueses-, Breivik ataca a la Iglesia y a Benedicto XVI, pues menciona que Las Iglesias cristianas no están dispuestas a luchar contra el Islam y propone un Gran Congreso Cristiano Europeo del cual nazca una nueva Iglesia Europea unificadora y anti-islámica. Sobre el Papa Benedicto XVI escribe que “ha abandonado el cristianismo y a los cristianos en Europa y debe ser considerado un Papa cobarde, incompetente, corrupto e ilegítimo.”
 
Entonces Breivik es un cristiano fundamentalista de extrema derecha pero también anti-nazi, pro-sionista y anti-papa. Cuanta coherencia en este tema… “¿pero qué importa?” Se preguntan la izquierda, los neoliberales y el sionismo, “la prioridad es criminalizar ante la sociedad sobre el peligro del nacionalismo.” Es aquí donde debemos recordar que está ocurriendo un fenómeno importante en Europa y que el atentado terrorista no es un evento aislado.

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