martes, 4 de septiembre de 2012

Burka..la mirada escondida



Para hacer a la mujer propiedad de un solo hombre, y evitar que la belleza de la misma tentara a otro varón, en Afganistán se empezó a emplear el burka en las clases sociales altas. Ya que era empleado como elemento obligatorio en las mujeres que componían su harén...   
Este símbolo empezó a usarse también como una distinción social, ya que al evitar su mirada con el pueblo daba a entender un estatus mucho más elevado. Por intentar imitar a las clases acomodadas, se extendió el burka a todas las clases sociales, ya que se consideraba un símbolo positivo de estatus social.El burka como tal puede referirse a dos formas de ropa tradicional:
Una de ellas, es un tipo de velo que se ata a la cabeza y cubre la cara a excepción de una raja en los ojos, para que la mujer pueda tener visibilidad.
El segundo tipo de burka, ya mucho más extremista, se conoce como burka completo. El cual cubre el cuerpo y la cara por completo.

Este símbolo extremista se introdujo bajo el régimen talibán, tras el cuál las mujeres perdieron cualquier derecho. Esta prenda pesa siete kilos y ejerce una presión sobre la cabeza de las mujeres.
A pesar de considerarse un símbolo de distinción social, en el siglo XIX, se empieza a cuestionar determinados aspectos. 
Debido al avance en occidente, y a la nueva mentalidad, fruto de ganar una lucha contra la desigualdad de la mujer, se empieza a considerar al burka como un elemento que degrada a la misma, ya que atenta contra la igualdad de la mujer.

Hoy en día el burka sigue siendo utilizado en varias zonas de cultura islámica. Sin embargo, pese a la nueva mentalidad, las mujeres islámicas que sufren día a día el ser tratadas en un plano inferior, no se revelan contra esta situación. Debido al temor causado sobre ellas, imponiendo este símbolo como una ley. De forma que el burka ha pasado de ser una tradición a una obligación. Muchas mujeres que llevan un burka, afirman que antes del antiguo régimen taliban, las mujeres ye usaban el burka, sin embargo no había nada más lejos de que fuera un delito salir a la calle sin él. Alguna ONG, luchan por dar a conocer otra forma de vida a estas mujeres, y a no ser consideradas como un animal o una propiedad.



Las mujeres están sometidas a la obediencia de una figura varón, el cual administra su vida. De hecho, la mayoría de las mujeres que viven en estas circunstancias, no han salido nunca de su barrio, ya que no se les permite. Pese a la lucha de algunas personas contra esta situación, aún no se ha conseguido que estas mujeres gocen de su propia libertad y derechos. Aunque en algunas zonas se han conseguido algunos avances como el nuevo velo islámico, el cual deja ver el rostro de la mujer. Sin embargo sigue sin darle una total libertad a la mujer.
Estas prendas son simplemente la imagen superficial del estilo de vida islámico. Ya que debajo del velo hay una mujer con temor a revelarse por lo que cree o quiere. Aunque se intente combatir esta situación, es muy difícil conseguir cambiar la mentalidad de estas personas. En especial la de los hombres, que son considerados superiores a la mujer, y debido a su mentalidad machista, no admiten críticas o comentarios de mujeres, así como una sociedad en la que sean iguales a ellos. A pesar de todo eso, no se debería permitir un cuadro tan evidente de desigualdad social por el hecho de respetar una tradición si esta no es respetable. Es un ejemplo tan claro de desigualdad entre la mujer y el hombre que es de lo más alarmador. El que una mujer no puede ser dueña de sus acciones, sus creencias o sus pensamientos, así como de su propia libertad y derechos.
Es totalmente incomprensible como la gente que realmente puede hacer algo, y los que realmente tienen el poder de cambiar la situación, cierren los ojos por temor a enfrentarse a cambiar el mundo de estas mujeres, o porque a ellos no les afecta directamente. No entra dentro de nuestras ideas como pueden carecer de una cierta inmoralidad, haciendo oídos sordos a esta situación. ¿Cómo un mundo tan desarrollado como Occidente es capaz de hacer que no se da cuenta de la situación que viven estas mujeres, cuando hemos perseguido la idea de igualdad, libertad y derechos para nosotros mismo hasta hace bien poco? Parece mentira cómo gente que tiene esta libertad es capaz de ignorar el hecho de que nosotros mismos, no hace tanto, luchábamos por las mismas ideas. Y como mujeres día a día son obligadas a salir a la calle con el rostro cubierto por un burka, y eso si se les permite salir a la calle.
Hay personas que piensan que estas mujeres están a gusto con esta situación, porque ha sido siempre su estilo de vida. Pero ese es el argumento de alguien que no quiere enfrentarse a la realidad que sufren cada día países como Afganistán, sin embargo, lo que deben cuestionarse es si esas mujeres han tenido oportunidad de conocer otra forma de vida para poder compararlas. Y no porque sea una tradición va a tener que ser respetable o algo bueno como tal. Porque las tradiciones son aquellas que se transmiten de generación en generación. Y en las generaciones pasadas la mentalidad no tenía nada que ver con la de ahora, era una sociedad machista dominada por el hombre debido a su superioridad física. Y si hemos cambiado la mentalidad machista y la desigualdad de la mujer, ¿Por qué no los elementos o tradiciones que contradicen nuestra hoy llamada, mentalidad liberal?

Más allá del burka.
Cuando en occidente, nos indignamos al ver imágenes de televisión de mujeres afganas vistiendo un burka, en muchas ocasiones nos quedamos en la superficie de cuanto hay detrás de ese símbolo. En países prósperos y desarrollados, como España, sabemos que la modernidad y el progreso han venido en muchas ocasiones de la mano de una lucha centenaria por hacer iguales a hombres y mujeres. El acceso de la mujer al mercado laboral, a la ciencia, a la educación, es lo que ha marcado el camino para el desarrollo de nuestros países. Todo lo que sea ir en contra de esta idea es ir contra el progreso. Por eso, hoy, con esta realidad casi conquistada en nuestro entorno, no podemos comprender como hay lugares en el mundo donde la mujer vive en un plano de inferioridad frente al hombre.  
¿Cuántos de nosotros sabíamos que, más allá del burka, en Afganistán, durante el régimen talibán, cuando una mujer estaba embarazada se consideraba que estaba enferma? Pero esto no es nada. El 97% de las mujeres afganas daban a luz en sus casas porque tenían prohibido consultar a médicos varones y casi nunca disponían de medios de transporte para llegar a un tratamiento médico. Un informe reciente de Médicos por los Derechos Humanos indica que el 40% de las mujeres que morían durante su período de fertilidad era por complicaciones en el parto.
Pero incluso aunque una mujer embarazada consiguiera llegar al hospital, se encontraría con que los médicos varones tenían prohibido atender u operar a una mujer. Entonces podemos pensar que la solución debió buscarse haciendo que estas mujeres fueran atendidas por doctoras. Tampoco. En esa época, en Afganistán, las mujeres no podían trabajar, no podían estudiar. En esos años, en Afganistán, las mujeres no podían salir a la calle si no iban acompañadas por un varón. En Afganistán, una mujer no podía hablar si no se le preguntaba.
En definitiva, un burka es algo más que, simplemente, una mirada escondida.

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