jueves, 6 de septiembre de 2012

el humo de la verguenza

  Bretón, como el humo se irá, y permanecerá la cobardía de un hombre que asesina a sus hijos ante la incapacidad de asumir el rechazo de una mujer.
El juez instructor del caso tenía muy claro que José Bretón había tenido 40 días para poner en marcha su macabro plan y que Ruth y José se encontraban en la finca. Al final, la insistencia policial, dio sus frutos. Bretón supuestamente suministró a sus hijos varios fármacos para sedarlos, acabó con su vida, preparó un horno crematorio y procedió a su incineración. Para que la pira alcanzara los 800 grados, utilizó maderas y puso una mesa metálica encima para que el calor destruyera todas las pruebas. La hoguera fue detectada por el Infoca, dispositivo para la prevención y extinción de incendios en Andalucía, sobre las 17:30 horas. Lo que en principio era un fuego más de los que Bretón encendía de forma periódica, tenía un aspecto diferente. Los vecinos del polígono de Las Quemadillas advirtieron que el olor era distinto al habitual. Describen que desprendía un hedor «fuerte» y que la forma de la columna de humo era muy extraña, con forma rectangular. Sus explicaciones concuerdan con la principal hipótesis de los investigadores, que consideran que Bretón colocó una plancha metálica sobre el fuego. Dada la extrañeza del humo, uno de los vecinos decidió tomar una instantánea. Ésa decisión puede convertirse en una prueba definitiva en el caso, que corrobore las tesis de los investigadores. Durante los diez meses que duró la investigación, Bretón bromeó con los agentes, les propuso entre otras cosas, abrir botellas de vino. En un momento dado, le dijo al inspector jefe: «Están cerca, muy cerca». Era un juego, pero la partida llega a su fin. Su estrategia había fallado. De nada sirvió que colocara pistas falsas en el Guadalquivir, que lanzara bolsas de basura en un lugar poco habitual, que acudiera al parque Cruz Conde para dejarse ver antes de denunciar la desaparición. Tampoco han servido de nada sus macabras cartas, la negación de los hechos...
La prueba definitiva: los huesos son humanos El cuarto informe descarta que los restos hallados en Las Quemadillas sean de animales. La Policía regresa hoy a la finca para recoger tierra y lograr identificar así a Ruth y José.
Cada día parece más claro si cabe que los restos óseos hallados en la finca de Las Quemadillas podrían ser los de los pequeños Ruth y José, desaparecidos hace casi un año en Córdoba. Según ha podido saber LA RAZÓN de fuentes de la investigación y tras dos informes contradiciendo la primera versión de que los huesos eran de origen animal, el cuarto informe, encargado por el juez instructor del caso, confirma los peores augurios: los huesos son humanos. El análisis, encargado por el magistrado José Luis Rodríguez Laín a expertos del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses (INTCF) y de la Universidad Complutense de Madrid aún no ha llegado a manos del juez. De hecho, en el seno del INTCF no ha sentado nada bien la filtración del resultado antes de que éste haya sido remitido al juzgado.
De esta forma ya son tres los informes que apuntan a la naturaleza humana de los huesos, frente al realizado por la Policía Científica en los primeros momentos de la investigación y que aseguraba que pertenecían a «roedores y pequeños carnívoros». Esta circunstancia prácticamente confirma las tesis del forense Francisco Etxeberría –analizó los restos a petición de la familia materna de los pequeños– y del paleontólogo José María Bermúdez de Castro, que estudió los huesos a instancias del Ministerio del Interior.
No obstante, aún queda por delante una tarea todavía más difícil: tratar de identificar la huella genética de los huesos a fin de confirmar que los restos hallados en la hoguera corresponden a Ruth y José. Un trabajo casi imposible por culpa de las altas temperaturas alcanzadas por el fuego, que podría haber llegado a los 800 grados centígrados. Para José Antonio Sánchez, director de la Escuela de Medicina Legal de la UCM y uno de los participantes en este cuarto informe, identificar el ADN en estos restos es extremadamente difícil. «Hallar ADN en huesos quemados, por lo que se ha visto a temperatura muy alta y según parece durante un tiempo prolongado, es muy improbable dado que estará casi con toda seguridad muy fragmentado o destruido. De cualquier forma hay que intentarlo», explica. Respecto a la posibilidad de averiguar a través de los restos cómo y cuándo murieron las víctimas, Sánchez se muestra poco optimista. «Depende de cada caso, pero en éste creo que no».
Prosigue la investigación
El abogado de José Bretón, único imputado por la desaparición de sus hijos, rehusó hacer ningún tipo de valoración sobre cómo afecta este nuevo informe al caso y a la defensa de su cliente. «No conozco aún el informe y no puedo hablar de él hasta que no lo estudie en profundidad», dijo a LA RAZÓN José María Sánchez de Puerta. Por su parte, agentes de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV), que han llevado el caso de Ruth y José, regresan hoy a la finca cordobesa de Las Quemadillas para recoger tierra de las inmediaciones de la hoguera en la que se hallaron los restos óseos, que se analizan en estos momentos para comprobar si en realidad corresponden a los de los dos niños desaparecidos, informa Ep.
Mientras, continúa la polémica por la investigación y el posible error al analizar los restos. La Asociación de Médicos Forenses de Andalucía (AMFA) aclaró ayer que la identificación de los huesos de la hoguera se llevó a cabo en un primer informe «exclusivamente» por parte de la Policía Científica, «sin que se haya pedido la actuación pericial de los médicos forenses a este respecto».
El comité provincial del Sindicato Unificado de Policía (SUP) en Córdoba criticó a su vez que se apartara en su momento a la Brigada Provincial de Policía Científica de Córdoba de la investigación después de que recibieran órdenes por parte de la UDEV de Madrid de no seguir en el caso, a pesar de que fueron ellos quienes descubrieron los restos de la hoguera. Los agentes de la Policía Científica de Córdoba, según el sindicato policial, «quedaron sorprendidos ante esta decisión y molestos al infravalorarse su trabajo», según reveló ayer en un comunicado el SUP, que solicitó cambios en los protocolos para evitar que se repita este tipo de decisiones.
Los dientes de leche delatan al asesino

Los informes a los que ha tenido acceso LA RAZÓN concluyen que se fabricó un horno para calcinar a los niños a 800 grados y no dejar rastro, pero la mandíbula y el maxilar protegieron los dientes del fuego.Se estrecha el cerco sobre José Bretón. Después de diez meses, en los que ha bromeado con la Policía, ha jugado con los investigadores y se ha encarado con el juez, el juego llega a su fin. El padre de Ruth y José, de seis y dos años respectivamente se queda sin protagonismo. Sus palabras ya no interesan, hay pruebas que importan más que él y eso le va a pasar factura. El tercer informe sobre los restos recuperados de la hoguera que hizo José Bretón en Las Quemadillas ha servido para corroborar lo que muchos investigadores sospechaban hace tiempo, que Bretón llegó a la finca con los niños, presuntamente los mató y quemó sus cuerpos para hacerlos desaparecer. Esta línea de investigación no fue descartada en ningún momento a pesar de que el informe forense de la Policía indicaba que los huesos encontrados eran de animales. Aunque ayer, el ministro del Interior no descartó que se pudiese tratar de «un error científico».Después llegaron los careos y los registros de cada centímetro de las dos viviendas de Las Quemadillas, de la finca, el río... Cuando parecía que iba a salirse con la suya, la tenacidad de la familia de su mujer ha dado sus frutos. Cuando la investigación estaba en punto muerto, los investigadores le sugirieron que encargara otro informe de parte sobre los restos y le propusieron un nombre, el médico forense Francisco Etxeberria. Fue el principio del fin para Bretón. Su informe reveló que los restos eran humanos y que probablemente podrían pertenecer a dos niños. Después llegó la confirmación por parte del doctor José María Bermúdez de Castro, codirector de las investigaciones de Atapuerca. Hasta el día de ayer, Bretón seguía con su juego. Necesitaba sentirse importante y enviaba cartas a los medios de comunicación sin el permiso de su abogado. En la última dijo que «alguien cuidaba de sus niños». La partida se acerca a su fin. El juez ha solicitado otros dos informes a la Policía y al forense de Atapuerca para que no haya género de dudas. Bretón presuntamente mató a sus hijos, intentó borrar todas las huellas y no lo consiguió. Han sido los dientes de leche de su hija, a la que no podía ni ver, los que han acabado con la farsa.

Diez claves de la investigación sobre la desaparición de Ruth y José Bretón El más importante hasta ahora hace referencia a que un mes después de la desaparición se concluyó que no había ningún resto humano, ahora dos informes contradicen ese dictamen.-¿Cuál es el error del informe elaborado por la Policía Científica?
Una perito concluyó un mes después de la desaparición que no había ningún resto humano en la hoguera, solo animales. Ahora dos informes diferentes contradicen ese dictamen.
-¿Cuántos informes hay?
Tres, a lo largo de más de nueve meses de investigación policial y judicial. El realizado por la Policía Científica y los dos posteriores que lo contradicen. Uno, elaborado por el médico forense Francisco Etxebarria; el otro, por el paleontólogo experto en dentición José María Bermúdez de Castro.
-¿Por qué no se miraron las bolsas de basura?
Se hallaron las grabaciones un par de días después, las bolsas apenas se ve como son y el contenedor se recogió el mismo sábado. En ese momento, según la Policía, había gestiones más urgentes. El fantasma del caso Marta también pesó.
-¿Cómo ha perjudicado a la investigación el error policial?
El supuesto error ha condicionado toda la investigación posterior. Se trabajaba con la certeza de que los niños de Córdoba estaban en la finca, que se ha rastreado cuatro veces. Ha sumado ocho meses de pesquisas.
-¿Se depurarán responsabilidades?
El ministro del Interior aseguró ayer que no es el momento de buscar responsables, pero fuentes policiales no tienen duda de que rodarán cabezas si las pruebas pendientes ratifican los informes periciales.
-¿Se está aún a tiempo de incriminar al asesino?
Sí. Si se confirma que los huesos pertenecen a los niños, los investigadores tendrán en sus manos una prueba determinante que, unida a todas las recabadas durante la investigación pueden servir para sentar a Bretón en el banquillo por la muerte de sus hijos.
-¿Es necesario el ADN para imputar a Bretón por el asesinato de sus hijos?
El ADN facilitaría las cosas, pues permitiría demostrar sin género de dudas si los restos humanos hallados son de Ruth y José. Sin embargo, no es imprescindible. Se puede llegar, a través de otros indicios, a la conclusión de que los restos humanos, correspondientes a niños según los ultimos informes, pertenecen a los dos hermanos. Y, así, incriminar a Bretón.
-¿Hay posibilidades de determinar que los huesos son de los dos hermanos?
Los expertos coinciden en la dificultad, casi imposibilidad de hallar ADN en unos restos sometidos hasta a 800 grados.
Si se confirma que los restos son de Ruth y José, ¿a qué se enfrenta Bretón?El horizonte penal del padre de los niños daría un giro radical. Hasta ahora sólo se le podía acusar por la detención ilegal de sus hijos. Las nuevas pruebas podrían permitir que se le acuse por asesinato. Se enfrentaría a penas de hasta 40 años de cárcel..

«Esto confirma lo que ya sabíamos»
Para Juan David López, primo de Ruth Ortiz –madre de los pequeños– y portavoz de la familia materna, las conclusiones de este informe sólo corroboran lo que ya intuían tras dos informes en la misma línea. «El daño fuerte vino la primera vez que se confirmó que los restos no eran animales, sino humanos, cuando se le comunicó a Ruth y se vio que ya no había solución. Este cuarto informe sólo confirma lo que ya sabíamos». López cree que aunque no se consiga identificar a los niños genéticamente, las pruebas son ya suficientes para acusar a José Bretón del asesinato de sus dos hijos. «Antes no era posible identificar el ADN y aun así se acusaba de asesinato. Además, con todas las pruebas que hay...». La confirmación de que los restos son humanos supuso un giro radical en la investigación. «Bretón se hizo fuerte cuando el primer informe dijo que los huesos eran de animales. Su abogado sabía lo que había hecho y le dijo que estuviese callado si quería salir de la cárcel, pero ahora ya no hay duda», Bretón actuó solo ¿Actuó solo José Bretón o contó con algún cómplice para cometer el supuesto crimen que se le imputa? La Policía Judicial no descarta ninguna hipótesis, pero está convencida de que Bretón planificó cuidadosamente todas sus acciones y las ejecutó sin contar con la ayuda de nadie, de la misma manera que siempre estuvo convencida de que los niños Ruth y José en ningún momento salieron de la finca de Las Quemadillas. De ahí su insistencia en rastrear palmo a palmo la finca hasta hallar algún indicio.
El comisario de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta, Serafín Castro, aseguró que la familia de Bretón fue investigada pero «no se ha constatado que estuviera al tanto de nada, no hay ningún indicio que lleve a pensar que los familiares sabían algo».
El paleontólogo José María Bermúdez de Castro, autor de uno de los informes forenses que confirman que los restos hallados en Las Quemadillas son de un niño de 6,22 años de edad, también aseguró que no hay ningún indicio que pueda incriminar a otras personas. De haberlo encontrado durante estos once meses de investigación, «la Policía lo hubiera detenido de oficio o el juez hubiera ordenado su detención, pero a día de hoy no existe absolutamente nada».
Y es que un maltratador actúa siempre solo. «Habitualmente cometen sus acciones en solitario y lo único que pueden hacer es haber compartido su intencionalidad con alguna persona cercana en busca de apoyo, aunque nunca especifican que van a cometer un crimen», explica Miguel Lorente, médico forense y profesor de Medicina Legal de la Universidad de Granada.
Se trata de «un crimen moral con el que Bretón pretende quedar por encima de su mujer. Piensa que ella se puede haber separado de él, pero esa acción la va a pagar cara», añade.
En definitiva, «no matan para obtener nada material». Después de cometida la acción, el 75 por ciento de los maltratadores se entregan voluntariamente a las autoridades y un 17 por ciento se suicida tras el crimen o pasado algún tiempo. «Éstos son los que se encuentran más integrados en la sociedad y quienes, conscientes de lo que han hecho, no queren el reproche de su entorno», explica el forense.
Luego hay un pequeño porcentaje, que representa el 7 o el 8 por ciento de los maltratadores, que ni se entrega ni se suicida, sino que comete «acciones extrañas como hacer desaparecer el cadáver, o tratar de huir para no ser localizado por la Policía o incluso contratar un sicario para matar a su propia mujer, como ocurrió el pasado 18 de agosto cuando un hombre encargó a un sicario que acabara con la vida de su mujer arrojándole un potente ácido». En este tercer grupo podríamos encuadrar a José Bretón, añade Lorente, que «no es ningún trastornado mental, sino que ha planificado con mucha coherencia y premeditación todas sus acciones». El momento en el que cometen el asesinato «es aquel en el que piensan que no hay retorno de su pareja». La psicóloga Pilar Enjamio asegura que «sólo existe en él una obsesión: su ex mujer, volver con ella a costa de lo que sea. Es tal la magnitud de su trastorno obsesivo que puede llegar a matar a sus propios hijos para convertirse en un héroe para su amada ayudando en la búsqueda con una frialdad espeluznante. Todo vale, ya sea lícito o no, éticamente correcto o incorrecto».
Para Enjamio, «Bretón pretende ser un héroe de leyenda en la propia historia que se ha creado, en la que él es el protagonista y los demás son actores secundarios, marionetas que él mueve a su antojo». La familia materna de Ruth y José también ha estado convencida desde el primer momento de que «los celos y la venganza» son el único móvil que llevó a su padre a hacer desaparecer a los niños el 8 de octubre de 2011, tal y como comentaron.
Vida carcelaria «normal»
A la espera de los informes definitivos encargados por el juez al Instituto Nacional de Toxicología y al Instituto Forense de Santiago de Compostela, José Bretón sigue llevando la misma vida carcelaria de siempre, como si nada de lo que se está hablando durante estos días tuviera alguna relación con él. Fuentes penitenciarias aseguraron que Bretón no está recibiendo ningún tipo de presión por parte de ningún preso, en contra de lo que se está divulgando. De hecho, se encuentra aislado para evitar agresiones de otros presos que ven con malos ojos a los reclusos acusados de maltrato o violación.
También se le ha aplicado el protocolo antisuicidio y medidas de protección.
Protección policial para la familia
Desde que se conoció la noticia de que los huesos encontrados en la finca son humanos, el acoso a la familia se ha incrementado. Catalina, la hermana de Bretón, es la que más ha sufrido la ira de los vecinos de Córdoba. El pasado lunes, un grupo de personas se acercó hasta su casa y comenzó a proferir insultos y a llamarla «asesina». Frente al domicilio, se ha instalado un santuario con velas, imágenes de los niños y dos alas de ángeles. Los padres tampoco salen de su casa, que ha sido bombardeada con huevos y en la que han pintado el símbolo del anticristo.El jefe de investigación del caso Bretón: "No se puede hablar de error policial" Serafín Castro, el máximo responsable policial de la investigación de la desaparición en Córdoba de los niños Ruth y José, ha insistido este miércoles en que "no se puede hablar de un error policial" hasta que no se conozcan los resultados de los nuevos informes sobre los restos óseos hallados en la finca.
En un encuentro con diversos medios de comunicación en lasede de la Dirección General de la Policía General, después de acudir a distintas televisiones, Castro ha dado explicaciones sobre el primer informe policial de la Policía Científica que determinó que los restos encontrados en una hoguera de la finca Las Quemadillas eran "huesos de pequeños animales, no existiendo huesos procedentes de restos humanos".
Este dictamen, firmado por una médico facultativa, contradicen con las conclusiones de otros dos informes antropológicos que han determinado que los restos hallados pertenecen a niños.
"Si no podemos hablar de errores tampoco de responsabilidades"
"De momento no podemos hablar de error policial sino de informes contradictorios. Y si no podemos hablar de errores tampoco podemos hablar de responsabilidades", ha asegurado Castro, tras lo cual ha recordado que el juez de instrucción de Córdoba ha pedido nuevos informes y que hasta que no se conozcan sus resultados el caso aún "tiene interrogantes".
Respecto al primer dictamen, elaborado por una facultativa de Policía Científica, Castro, jefe de la Unidad central de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV), ha señalado que el informe dice "rotundamente" que no había sospechas de que "esos restos pudieran ser de otro origen que no fuera animal".
Castro ha explicado que fue esta perito la que recogió las muestras en la hoguera dos días después de la desaparición de los niños el 8 de octubre, la que precintó los restos siguiendo el protocolo establecido y la que realizó el informe "perfectamente válido a todos los efectos".
A pesar de que los investigadores siempre pensaron que los niños no habían salido de la finca y que el informe de Científica decía que los restos óseos no eran humanos, al término de las últimas diligenciasla Policía decidió "reiniciar la investigación" desde el punto inicial.
"Se pensaba solicitar a los mismos peritos que habían realizado la investigación que se reafirmaran en todo lo que habían dicho en su momento", ha dicho Castro antes de revelar que fue el doctor médico forense Francisco Etxeberria quien contactó con la abogada de la madre de los niños para colaborar.
Castro ha relatado que la letrada comunicó este ofrecimiento al equipo policial que respondió que este informe externo no solo les parecía "oportuno" sino que "le dijimos que nos venía muy bien porque habíamos reiniciado la investigación", ha subrayado el jefe de la UDEV que ha detallado que tras una primera inspección fotográfica autorizada por el juez, Etxberria revisó en Madrid los restos y emitió su informe.
Preguntado por la petición del Sindicato Unificado de Policía (SUP) de que se revisen las pruebas periciales practicadas a restos óseos hallados en relación a la desaparición de Yeremi Vargas y Sara Morales, Castro ha recordado que no le corresponde a ningún sindicato tomar estas decisiones.
La Policía releva a la forense que hizo el informe y abre una investigación interna La Dirección General de la Policía Nacional ha abierto oficialmente una investigación interna sobre el informe de la Policía Científica y ha relevado a la técnica de Antropología que emitió el informe que aseguraba que los restos óseos encontrados en la finca de Las Quemadillas eran de animales.
Según informa en un comunicado la Dirección General, la decisión se produce tras el auto judicial emitido hoy por el Juzgado de Instrucción número 4 de Córdoba que confirma que entre los restos hallados en la finca de la familia de José Bretón, padre de los dos niños desaparecidos el 8 de octubre, hay huesos humanos.
Con esta investigación interna, la Policía Nacional pretende concretar las circunstancias que motivaron el error del primer informe de la técnica del caso que concluyó que los restos hallados eran de origen animal y establecer "las medidas pertinentes para evitar que vuelva a producirse un error de estas características".
Frente a ese primer informe, firmado por la facultativa el 11 de noviembre, dos dictámenes antropológicos, uno encargado por la familia materna de Ruth y José y otro por la Policía, concluyeron que los restos pertenecen a niños.
Además, el juez de instrucción número 4 de Córdoba, José Luis Rodríguez Laínz, ya cuenta con las conclusiones de los últimos informes pedidos al Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses que ratifican que los restos son humanos, según ha informado el abogado del padre de los niños, José María Sánchez de Puerta.
Tras esta confirmación, el magistrado ha imputado a José Bretón dos delitos de asesinato con alevosía y la agravante de parentesco y ha decidido levantar el secreto parcial de sumario decretado la semana pasada, por lo que las partes implicadas en el caso podrán solicitar las diligencias que consideren oportunas.

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