miércoles, 3 de octubre de 2012

Griñan el falangista



El vicepresidente de la Junta y consejero de Administración Local y Relaciones Institucionales, Diego Valderas, advierte de que los ayuntamientos que no retiren los símbolos franquistas que aún permanecen en sus municipios serán sancionados y no recibirán subvenciones por parte del Gobierno andaluz.En la imagen, Griñán (i) y Valderas (d).

En respuesta este miércoles a una pregunta oral formulada por IULV-CA en comisión parlamentaria, Valderas ha considerado “injustificable” que aún permanezcan símbolos franquistas en algunas localidades, “30 años después de que se haya implantado la democracia”, y ha asegurado que el Gobierno andaluz velará por que se cumpla la ley.

De otro lado, ha subrayado que, a través de la Ley de Memoria Democrática de Andalucía, que tras los trámites preceptivos verá la luz antes del verano de 2013, la Administración andaluza pretende ser garante de la defensa de los derechos fundamentales de la ciudadanía, no permaneciendo “impasible” ante los crímenes de lesa humanidad cometidos en nuestra tierra durante la Dictadura.

Asimismo, ha señalado que la Junta se presentará como denunciante en los casos que se estimen necesarios para la salvaguarda de los derechos individuales y colectivos de los andaluces y las andaluzas, tal y como refleja el artículo 9 del Estatuto de Autonomía, cumpliendo así los objetivos de la norma básica (Ley de Amnistía de 1977 y Ley 52/2007 de Memoria Histórica).

Tal día como hoy en 1967, el actual presidente del PSOE José Antonio Griñán, homenajeaba al estudiante falangista Matías Montero en Madrid, acompañando a sus tíos, Rafael y Juan Martínez Emperador, ambos destacados dirigentes del franquismo a unos metros de su casa y de su actual despacho en la sede socialista de la calle Ferraz.

Para la ocasión Griñán vestía ataviado con una camisa azul bajo una zamarra gris, organizado por el falangista Sindicato Español Universitario (SEU). Tras rendirle homenaje como uno más, respondiendo a los lemas nacionalsindicalistas de rigor, con unos sonoros ¡Presente! y tras el himno del Cara al Sol se trasladaron juntos a la capilla del Colegio Mayor José Antonio, en la Ciudad Universitaria para escuchar una misa en honor al heroico estudiante falangista, en el entonces 33 aniversario de su ejecución.

Ese joven es hoy el presidente de la Junta de Andalucía y del PSOE, con despacho en la hoy sede socialista que tiene a unos escasos metros de donde sucedió ese homenaje. Tras el acto, acudió a la amplia casa que los Martínez Emperador tenían en la calle Alberto Aguilera, para tomar un refrigerio, como era tradicional en la familia. Después se marchó sólo a su casa, también situada muy cerca, en la glorieta de San Bernardo”. Así lo cuenta el libro, “El pasado azul oculto de muchos españoles”, y que lleva preparando desde hace más de diez años el historiador sevillano Luis Brotons, y basado en conversaciones con destacados falangistas. El libro verá la luz el próximo mes de junio, y por sus páginas discurren destacados dirigentes actuales, no sólo del PSOE sino de otras formaciones políticas, como el Partido Popular, Izquierda Unida o UPyD.

Según cuenta el autor del libro, la escena le fue narrada con todo lujo de detalles por el Jefe Provincial de Falange Española de las J.O.N.S. Antonio Ruiz Valera, en varias conversaciones que mantuvo con el líder falangista en la casa de este en el madrileño Paseo de Reina Cristina, quien le aportó una fotografía de un joven José Antonio Griñán conversando con otros jóvenes en el Centro Social Manuel Mateo situado casualmente también en la calle Ferraz.

El veterano sindicalista Ceferino Maestú, falangista y fundador de Comisiones Obreras, también recuerda al joven José Antonio Griñán por aquellos locales, según testimonio recoge el libro de Luis Brotons, junto al de varios falangistas más compartieron aquellas vivencias con Griñán. Un joven José Antonio Griñán, que se identifica en el libro como “siempre pegado a las faldas de su tío Rafael Martínez Emperador”, entonces Magistrado de Trabajo, y asesinado por ETA en febrero de 1997. El propio Griñán reconocería años más tarde, que Rafael Martínez Emperador, no sólo era su tío, sino que incluso era uno de sus mejores ayudas mientras fue Ministro de Trabajo, e incluso le ayudó mucho en la elaboración de la Reforma Laboral.

La presencia del hoy presidente de la Junta, José Antonio Griñán en aquellos ambientes, no era sospechosa de producirse por infiltración, puesto que su padre, Octaviano Griñán Gutiérrez era un conocido oficial del cuarto militar de Franco, Regimiento de la Guardia de Franco, destinado en El Pardo, y toda su familia era una destacada familia adicta al Régimen. Los falangistas que le recuerdan y que desfilan esos recuerdos por el libro de Brotons, apuntan que era un joven listo y aplicado que estaba estudiando entonces las oposiciones para inspector de trabajo, oposiciones que aprobaría finalmente en 1969. Tampoco era difícil verle con su otro tío Juan Martínez Emperador por esos círculos. Juan fue uno de los fundadores de Alianza Popular junto a Manuel Fraga, partido en el que recaló tras colgar la casaca blanca del Movimiento Nacional, como otros muchos de la época, y partido que abandonó por discrepancias sobre la inclusión de la autonomías en la Constitución, contra la que votó.

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