viernes, 19 de octubre de 2012

historietas secesionistas para incultos


Una web vinculada al nacionalismo dice que Cervantes y Leonardo da Vinci eran catalanes
  Colón, Cervantes, Leonardo… cualquier día se nos descuelgan con la catalanidad de Jesucristo, el Dalai Lama, Eric el Rojo o Ronald Reagan. Semejantes aberraciones históricas las podemos encontrar en la web inh.cat de la entidad Institut Nova Història (¡y tan”nova”!).

En base a un supuesto escudo de armas con 3 palos rojos sobre fondo de oro, tenemos montada la fábula de que Leonardo Da Vinci era catalán.

Después, un tal Francisco Esquivel, se descuelga en otro artículo de la demencial web con la supuesta catalanidad de Cervantes (al que presuponen nacido en ¡Jijona, Alicante!), y con la indocumentada teoría de que Cervantes escribió el Quijote ¡en catalán!. Semejantes barbaridades nos llevan a hacernos algunas preguntas:

1. Si el Quijote original fue escrito en otro idioma distinto al castellano, ¿dónde está documentado, dónde está el manuscrito, dónde están las primeras copias?

2. Si Cervantes era originario de Jijona (Alicante), ¿cómo va a escribir en catalán, si sus lenguas debieron ser, en el remoto y extraño caso de que estos destarifados tuvieran razón, el castellano y el valenciano?
El catalanismo pone también sus ojos en un enclave de la Región de Murcia donde se habla valenciano


La sierra del Carche, en Murcia.

La sierra del Carche se sitúa encuadrada entre los municipios murcianos de Yecla, Jumilla, Abanilla y el municipio valenciano de Pinoso. En este enclave, administrativamente perteneciente a la Región de Murcia, existen 22 pedanías o lugares, siendo las más importantes o pobladas: La Cañada del Trigo y Torre del Rico (pertenecientes a Jumilla), El Collado de Los Gabrieles y Cañada de La Leña (pedanías de Abanilla), y Raspay (dependiente de Yecla). Entre los 22 enclaves, suman alrededor de 500 habitantes.

La curiosidad de estas pedanías, cuya economía es eminentemente agrícola, y que se sitúan más próximas a la población de Pinoso que a las poblaciones murcianas de las que dependen administrativamente, no es otra que el hecho de que en ellas se habla valenciano. Y este hecho lleva años despertando la curiosidad y las elucubraciones expansionistas del catalanismo.

Según las delirantes e hilarantes teorías catalanistas, “El Carxe”, (como ellos denominan a esta zona murciana), representa un enclave catalanoparlante en la Región de Murcia, sobre el cual hacen estudios lexicológicos, investigaciones filológicas y exposiciones, como si de algo insólito, excepcional o anómalo se tratara. Eso sí, siempre en clave imperialista, con la finalidad de exagerar y extender el dominio catalán como si de una mancha de aceite se tratara.

Lejos del imaginario catalanista y las fantasías expansionistas de sus cultísimos paniaguados, el fenómeno de las pedanías de la Sierra del Carche tiene una explicación de lo más sencilla y lógica: desde de la expulsión de los moriscos, en el siglo XVII, las tierras de este enclave quedan terriblemente despobladas. A partir de mitad del siglo XIX, se repoblaron con familias de labradores de poblaciones alicantinas que buscaron en estas fértiles tierras vitícolas su modo de vida: Pinoso, Monover, Novelda y Petrer, principalmente. Estas familias, lógicamente, eran valencianoparlantes, y su lengua se ha venido transmitiendo de madres a hijos desde entonces, como en cualquier otra población valenciana.

Como curiosidades lingüísticas de la zona, encontraremos las típicas de cualquier zona de transición entre el valenciano y el castellano, como pueden ser los préstamos lingüísticos, en cuanto a vocabulario y frases populares se refiere.

Poco más que añadir sobre el Carche. Ni “enclave catalanoparlante en Murcia”, ni milongas relacionadas con entelequias de corte fascio-imperialista. En las pedanías del Carche se habla lengua valenciana, el milenario valenciano que fue primera lengua de cultura de Europa, la misma que hablan más de 2 millones de valencianos, que el Estatuto de Autonomía de la Comunitat Valenciana reconoce como oficial, que está incluida en la Ratificación Española de la Carta Europea de Lenguas Minoritarias y que fue aprobada en la Resolución Killilea por el pleno del Parlamento Europeo. A pesar de los intentos del catalanismo por reivindicar para su dominio lingüístico cualquier territorio en el que se hable valenciano, en tanto en cuanto consideran, a su enfermo y manipulador arbitrio, el valenciano como variante dialectal del catalán.
A los escolares catalanes se les enseña que “el Ebro es un río catalán” y que los “países catalanes llegan hasta Murcia”
Los nacionalismos en nuestro país no sólo han tenido efectos en el ámbito político, económico o social, sino que también han afectado de lleno al sistema educativo, que no se ha librado de la manipulación y la desinformación. El resultado es que los alumnos de las regiones de tradición nacionalista como Cataluña y País Vasco, aunque también los de otras autonomías como Islas Baleares o Galicia, conocen al dedillo la historia, la geografía y la lengua de sus regiones, pero presentan déficits educativos en todo lo concerniente al conjunto de España o al resto del mundo.

No es raro que un escolar catalán de once años sea incapaz de situar Madrid en un mapa o de expresar determinados conceptos matemáticos en castellano, pues sólo los ha estudiado en catalán. Con la asunción por parte de las comunidades de las competencias educativas, España se convirtió en un país con 17 sistemas educativos distintos y 17 libros de texto diferentes para cada materia. Hasta la reforma emprendida por el ministro de Educación, José Ignacio Wert, cada región con lengua propia podía elegir hasta el 45 por ciento de los contenidos.

Ahora este porcentaje, se ha rebajado hasta el 35 por ciento del temario. El problema radica en que los libros de algunas regiones llegan incluso a falsear datos históricos, además de obviar lo ajeno a la comunidad. Así, es posible encontrar que «el Ebro es un río catalán», que los «países catalanes llegan hasta Murcia» o que «la Península Ibérica está al sur de Euskal Herria».

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