martes, 2 de octubre de 2012

noticias desde la infamia


Un islamista viola a una niña paquistaní de dos años porque su padre no quiso convertirse al islam
Un nuevo caso de salvajismo contra una niña cristiana en Pakistán. Como en anteriores ocasiones, el incalificable suceso está siendo silenciado por la prensa internacional. Tampoco se espera que las organizaciones feministas ni los partidos de la izquierda europea se pronuncien. Mucho menos Caritas, que, con cargo al bolsillo de los españoles, continúa asistiendo a los miembros de una religión en cuyo nombre se asesina, tortura y viola diariamente a cristianos de los cinco continentes. (Ver video).

El protagonista de nuestra historia es una niña cristiana paquistanì de solo dos años de edad, que ha sido brutalmente violada por un salvaje islámico porque su padre se negó a convertirse al islam. Las autoridades paquistaníes no han detenido al autor de la violación pese a las denuncias de la familia de la pequeña y de algunas organizaciones cristianas del país asiático.

Fruto de la salvaje acción, la niña estuvo a punto de perecer. Luego de cinco intervenciones quirúrgicas, la pequeña tiene dificultades para miccionar con normalidad. Los médicos ya han diagnosticado que ella no nunca podrá tener hijos.

Pese a todo lo anterior, la familia de la niña violada tiene que vivir en la clandestinidad ante las amenazas de muerte recibidas por informar del ataque a la Policía. Y pese a este panorama terrorífico en el que viven millones de cristianos en países de obediencia islámica, los apologistas del nuevo orden, con la anuencia de políticos y periodistas occidentales, han oficializado la “islamofobia” como una de las lacras de nuestro tiempo.Una mujer tunecina violada por dos policías será juzgada por atentar contra el pudor
 Un juzgado de instrucción de Túnez tiene que decidir si condena o no por atentar contra el pudor a una mujer que fue violada por dos policías a principios de septiembre.

Según la acusación, que se apoya en el testimonio de los presuntos violadores, la acusada y su pareja fueron sorprendidos en “posición inmoral” en un parque. Los dos policías dirigieron a la mujer a una furgoneta donde la violaron, mientras un tercer policía intentaba extorsionar con dinero al joven novio.

El delito por el que se acusa a la joven de 27 años está penado por las leyes tunecinas con hasta seis meses de prisión, por lo que el juez de primera instancia tiene que decidir si archiva el caso o traslada la denuncia a un juzgado competente”. La joven ha llegado a los juzgados con la cara tapada por un pañuelo y unas grandes gafas de sol.
Según declaró la abogada de la defensa, Dalila Ben Sadok, que coordina a un equipo de 100 abogados, su cliente, “acusada de atentar contra el pudor en la vía pública hoy compareció por segunda vez, pero el juez pidió dos o tres días de reflexión antes de anunciar la decisión”.

La víctima aseguró a los medios congregados en la entrada de los juzgados que, además del “calvario” que está sufriendo, “está siendo acosada en Facebook por gente cercana o familiares de los violadores que dan unos detalles de lo ocurrido que sólo pueden conocer los dos policías que la violaron”.
El caso de la joven y su pareja, que podrían ser sentenciados a seis meses de cárcel, ha desatado la polémica en el país. Un gran número de ONG y políticos han criticado lo ocurrido así como la lentitud con la que han reaccionado las autoridades.
Una adolescente noruega pone fin a su vida días después de ser violada por tres africanos en plena calle
    Eva Helgetun, de 14 años de edad, se quitó la vida en Trondheim (Noruega) después de haber sido asaltada y violada por tres adolescentes africanos. Sólo cuatro semanas después de haber denunciado la violación, esta estudiante de noveno grado no pudo soportar seguir viviendo y decidió quitarse la vida. Los medios europeos, una vez más, silencian la noticia.
La madre de la niña, quebrada por el dolor, lamentó que su hija no pudiese superar la violación de la que fue objeto. “Esto demuestra las brutales consecuencias de este delito tan grave”, señaló a través del abogado de la familia, Sigrun Dybvad.
Una cristiana pakistaní de doce años, violada y asesinada por cinco hombres en Pakistán
    Un cristiano pakistaní, Rafique Masih, se ganaba la vida trabajando en el horno de una empresa de ladrillos Al-Ghani Bricks Company, en Sahiwal, Punjab (Pakistán), para alimentar así a su mujer y sus siete hijos.
Cuando su primera hija nació hace ya 12 años, le puso de nombre Muqadas Kainat, que sigmifica “Universo Santo”.
El 14 de agosto Pakistán celebraba el “Día de la Independencia”. Muqadas Kainat fue a hacer sus necesidades a los campos cercanos a su domicilio, donde fue violada y asesinada.
Acompañado de su esposa, Rafique Masih se hallaba en el hospital de la ciudad de Sahiwal, donde acudió debido a un problema con su apéndice. Hasta allí acudió su hermano, Arshad Masih, para informarle de que su hija no había regresado a casa desde la mañana de ese día.
Rafique Masih corrió a su casa y buscó a Muqabas Kainat en el área de la compañía de ladrillo, así como en casas de sus vecinos, pero no halló rastro de la menor.

El 15 de agosto, el secretario de la empresa musulmana del ladrillo recibió una llamada anónima en su teléfono móvil donde se le informaba que Muqadas se hallaba en un campo cercano.
Rafique Masih, junto con algunos vecinos, buscaron en los campos cercanos a la empresa y encontraron el cuerpo sin vida de su hija.

Tras la autopsia realizada, se supo que la niña fue violada múltiples veces por al menos cinco hombres y luego estrangulada. Hasta el momento nadie ha sido detenido.
El pastor y abogado Mushtaq Gill, presidente de la Ong cristiana LEAD, lamentó la inexistencia de resultados policiales y no dudó en apuntar a islamistas locales como los autores de la violación y asesinato de la adolescemte cristiana.
Entre tanto, la comunidad cristiana vive conmocionada por el trágico suceso y teme que, como tantos otros que en Pakistán tienen como víctimas a niñas de confesión cristiana, quede finalmente impune.
Dos niñas fueron violadas durante meses por decenas de jóvenes
      Stephanie y Nina, de 15 y 16 años respectivamente fueron violadas durante meses en el sótano de una torre en la ciudad de Fontenay-sous-Bois, en Francia. Hoy, 13 años después de esa terrible experiencia, se enfrentan a sus violadores ante los tribunales.
En total, 15 hombres de entre 29 y 33 años y de origen extranjero fueron acusados de violación entre los años 1999 y 2001, cuando ambas eran unas niñas.

Nina era una chica alegre, bonita, delgada, con pelo largo y de color negro, con unos ojos marrones rasgados. En 1999, Nina que contaba con 16 años fue violada por primera vez. El día que comenzó su calvario regresaba del cine, cuando fue abordada por unos chicos mayores que ella que la golpearon y abusaron sexualmente. Este horror se convertiría en su día a día durante seis meses. Los chicos la amenazaron con matarla si hablaba, así como quemar su casa o atacar a su hermano pequeño.

                      La víctima afirma que fueron 25 personas las que iban todos los días a violarla durante los seis meses que duró su cautiverio, haciendo cola uno detrás de otro, mientras miraban y otros la sujetaban. Algunos testigos sin embargo señalan que a veces veían salir del sótano hasta a medio centener de jóvenes. En la actualidad, Nina pesa 125 kilos, engordó 70 kilos después de ser violada durante ese periodo de tiempo.
La víctima afirma que se escondió como una “concha, tipo tortuga” tras sufrir las violaciones. Agregó que “a veces le gustaría desaparecer por completo al ver su cuerpo en el espejo, pues mirarse reflejada es mirar el resultado de lo que me hicieron”.
Según las declaraciones de las víctimas, Mahamadou Doucouré, uno de los violadores del grupo, era el más violento de todos ellos, incluso le apagó un cigarrillo en el pecho de la joven. Este fue también sospechoso de asesinato de su ex-novia y del secuestro de su hijo.
13 años después de los hechos, Nina y Stephanie se enfrentarán a sus violadores. Estos últimos admiten haber tenido relaciones sexuales con ellas, pero niegan que fueran con carácter forzoso, alegando que fueron relaciones sexuales consentidas.
Relato de una periodista occidental que sufrió una violación en masa en la plaza Tahir de Egipto
   Natasha Smith/Periodista.- He sido forzada a abandonar prematuramente el Cairo a causa de un horrible ataque sexual y físico.

Mientras caminaba a lo largo del puente de Kasr El Nil, acompañada por seguridad de dos compañeros, la atmósfera era de júbilo, nerviosismo y felicidad. Yo había tenido un día horrible, debido a problemas en mis relaciones personales, así que me sentía muy feliz por estar en un entorno tan maravilloso, consiguiendo imágenes tan increíbles. Mujeres, niños y padres sonreían, saludaban y aplaudían con alegría a la cámara, diciendo en voz alta la frase típica “Bienvenidos a Egipto! Bienvenidos!”. Los fuegos artificiales iluminaban el cielo.Fue una experiencia conmovedora y cautivadora.

Justo cuando me di cuenta de que había llegado al final del puente, me di cuenta de que la multitud se hacía más numerosa, y decidí de inmediato dar la vuelta para evitar que la plaza Tahrir. Mis amigos y yo intentamos salir. Traté de meter la cámara en la mochila.

Sin embargo, en una fracción de segundo, todo cambió. Algunos hombres me habían estado sobando un momento, pero de repente, algo empezó. Me vi arrastrada lejos de mi amigo, tocada por todas partes, con creciente fuerza y agresividad. Grité. Fui consciente de lo que estaba pasando y comprendí que era incapaz de detenerlo. No podía creer que hubiese llegado a esta situación.

Mi compañero hizo todo lo posible para aferrarse a mí. Sin embargo, cientos de hombres me estaban arrastrando lejos, mientras gritaba y pataleaba. Me empujaron a una pequeña plataforma mientras aumentaba la multitud, donde me agazapé, decidida a proteger a mi cámara. Pero no sirvió de nada. Me quitaron la cámara. Me arrancaron la mochila de la espalda – había tanta gente que ni lo sentí. La multitud me hizo caer fuera de la plataforma – me torcí el tobillo.

Los hombres comenzaron a arrancarme la ropa. Me desnudaron. Su apetito insaciable de hacerme daño aumentó. Estos hombres, cientos de ellos se habían apartado de los seres humanos para convertirse en animales.

Cientos de hombres me abrieron las piernas y me tiraron al suelo. Arañaban y apretaban mis pechos y metían sus dedos dentro de mí de todas las formas posibles. Muchos hombres. Todo lo que podía ver eran las caras lascivas, rostros cada vez más despectivos y burlas mientras era zarandeada como carne fresca entre leones hambrientos.

Les grité “salam! Salam! Alá! Alá! “. En mi estado de desesperación también grité “ma’is salaama!”, que de hecho significa “adiós” – casi la peor cosa que podía decir a una horda de hombres tratando de destruirme. Bien podría haber gritado “Adiós mundo cruel! Allá voy!”

Una pequeña minoría de ellos, sólo un par en un primer momento, trató de protegerme y guiarme a una tienda de campaña. La tienda fue aplastada y sus contenidos esparcidos en fragmentos por todo el suelo. Iba descalza, ya que me habían quitado mis zapatos nuevos buenos. Fui zarandeada una vez más, siendo toqueteada a cada instante. Fui arrastrada desnuda por el suelo sucio. Los hombres me arrancaban el pelo rubio – una señal de mi identidad ajena.

Los hombres que trataban de protegerme trataron de guiarme en otra tienda. Conseguí arrastrarme. Me senté con la espalda apoyada en una silla y miré a la multitud creciente. Aunque algunos hombres trataban de formar un escudo humano alrededor de mí, ofreciéndome trapos para cubrir mi cuerpo magullado, los hombres todavía conseguían de tocarme. Había demasiados.

Me sentí sorprendentemente tranquila. Comprendí lo que estaba pasando y simplemente trascendí a un estado mental aislado. Miré a mi alrededor los dientes al descubierto y los ojos furiosos. La tienda comenzó a derrumbarse mientras estaba envuelta en una sábana grande. Tenía problemas para respirar. Un hombre levantó un poste de la tienda e intentó golpearme con él.

En este punto, me dije en voz alta a mí misma, con calma, una y otra vez, “Si Dios quiere. Por favor, haz que se detenga. Por favor, Dios. Por favor, haz que se detenga. ”

No soy religiosa. Pero en los momentos de desesperación, todos nos sentimos obligados a apelar a un poder superior para salvarnos. Es la naturaleza humana. La necesidad de sentirse seguro y amado es lo que impulsa a muchos a llegar a la religión por primera vez.

Una ambulancia se abrió camino entre la multitud. Abrió sus puertas, y fue invadida por decenas de hombres. Se cerró y se marchó.

Empecé a pensar, “Tal vez esto es el momento. Tal vez así es como me vaya, como me muera. He tenido una buena vida. Ya sea que viva o muera, todo esto va a terminar pronto. Tal vez este es mi castigo por parte del dolor emocional que han causado a los demás algunos errores tontos y mi falta de criterio últimamente. Espero que sea rápido. Espero morir antes de que me violen. ”

Miré hacia arriba y vi un par de mujeres con burkas situadas alrededor. Me miraron fijamente, y luego desviaron la mirada.

Después de 5-10 minutos, mi amigo logró convencer a la gente de de una carpa médica para formar un camino entre la multitud que guiarme a la tienda. Durante el tránsito fui magullada e invadida.

Llegué a la tienda y vi a mi amigo Callum. Las mujeres musulmanas que me rodeaban trataron desesperadamente de cubrir mi cuerpo desnudo. Me caí al suelo y, aparentemente, perdí temporalmente la consciencia.

Las mujeres me dijeron que el ataque había sido motivado por rumores difundidos por matones sobre que yo era una espía extranjera, a causa de una campaña de publicidad nacional sobre los peligros de los extranjeros. Pero si esa fue la causa, era en realidad sólo un pretexto, una excusa para abusar y violar a una rubia chica joven occidental.

Los hombres se mantuvieron fuera sedientos de sangre, su presa había sido cruelmente arrebatada de sus manos. Se asomaron, por lo que tuve que agacharme y esconderme. Trataron de atacar a la tienda, y los de adentro comenzaron a hacer una barricada de sillas. Querían mi sangre.

Las mujeres estaban llorando y me decían “esto no es Egipto! Este no es el Islam! Por favor, por favor, no crea que esto es lo que Egipto es “Le aseguré que yo sabía que era el caso, que me encantó Egipto y su cultura y su gente, y la tranquilidad innata del Islam moderado. Parecía aturdida. Pero yo no soy realmente una persona vengativa y pude ver a través de la situación. Este acto vicioso no era representativo del lugar que había llegado a conocer y amar.

Después de un acalorado debate, se decidió que Callum y yo iríamos por separado para evitar llamar la atención. Me disfracé con un burka y ropa de hombre y se me ordenó mantenerme de la mano de un extraño egipcio que fingía ser mi marido. Yo estaba aterrorizada, pero entendí que era la única manera de salir, y tenía que decidirme a confiar en él.

Él me llevó a través de las multitudes de la parte trasera de la tienda. Me decía: “No llores. No llores. Actúa con normalidad “.

Iba descalza, esquivando vidrios rotos y escombros, arrastrandome por el barro y la suciedad. Mis reservas internas de fuerza entraron en acción y dejé de llorar y pensé “mantén la calma y sigue adelante.”

Mis pantalones habían pertenecido claramente a alguien mucho más gordo, y se estaban cayendo.

Pensé que estaba siendo llevada a una ambulancia, o al hospital. El hombre me sentó al lado de la carretera, todavía pidiéndome que no llorara. Con el tiempo, sus amigos aparecieron, con Callum. Explicaron que no nos podían llevar al hospital, ya que podrían ser arrestado si les viesen con nosotros.

Un hombre sugirió amablemente: “¿Quieres ir a McDonalds? Conseguir algo de comida? “No acepté esta generosa oferta culinaria como compensación por los eventos de la noche. Sorprendentemente, no estaba con ánimos como para un Big Mac.

Callum y yo seguimos nuestro camino. Finalmente paramos un taxi. Al llegar a un centro hospitalario del gobierno, tratamos de explicar la situación. La gente nos miraba sin comprender, escabulléndose por los pasillos. Fuimos rechazados y enviados a un hospital cercano. Nadie nos llevaría, sólo pudimos caminar hasta allí.

Al llegar, me hicieron pasar, finalmente, a un pequeño cubículo. Dos hombres me preguntaron “¿está embarazada? Casada? Virgen? “Parecían disgustados por mi negativa.

Me llevaron de nuevo a sentarme con Callum. Se me negó el examen y tratamiento. Finalmente decidí que tendría que comprobar los daños por mí misma. Fui al baño y no pude creer lo que vi. Estaba sucia, herida, con el pelo como un vagabundo, y los ojos muy abiertos por el shock.

Durante 2-3 horas, la gente paseó por delante de nosotros, un par de ellos haciendo vagos intentos de llamadas telefónicas a la embajada. En cada etapa, Callum hizo todo lo posible para acelerar el proceso y hacer entrar en razón a todo el mundo. Gracias a él me había salvado la gente en la tienda médica. Él efectivamente me salvó la vida.

De alguna manera, terminamos con la embajada pensando que estábamos en la estación de policía, el personal del hospital sin darse cuenta de que estabamos todavía en el hospital, y la policía pensando que estábamos… Dios sabe dónde.

Estaba sentada en una habitación llena de hombres. Uno de ellos parecía estar sacándome fotos. No estoy segura del porqué, ya que no estaba precisamente glamourosa. Todo hizo que mi corazón se acelerase.

Las llamadas telefónicas de Callum (tenía que usar los teléfonos de otras personas ya que el nuestro nos lo habían robado) dieron sus frutos. Finalmente nuestros amigos se presentaron con una señora de la embajada. Me llevaron a un hospital privado, donde la primera pregunta de un médico fue “¿está usted casada?”, Que es, por supuesto, la pregunta más importante que debe hacerse a una víctima de abuso sexual en masa.

Él y una enfermera (que sólo a regañadientes me mantuvo cubierta) miró brevemente los daños y simplemente se alejó, diciendo que como no tenía una hemorragia interna, que no podían hacer nada.

Finalmente, me llevaron a casa de mis amigos, y me acostaron. No quería contárselo a mi familia de inmediato, ya que sabía que los iba a destrozar.

Ayer fui sometida a un examen adecuado, y estuve ocupada ordenando las cosas y pasando una eternidad dando un informe a la policía. La gente lloraba conmigo, pero yo no sentía verdaderas ganas de llorar. Me decían “estás siendo muy valiente”, pero sentía que estaba lidiando sola con aquello. Tal vez me pondré al día conmigo en unos pocos días, no sé.

Un par de cosas de ayer me hicieron darme cuenta del impacto que ha tenido en mí. Durante el examen, que se llevó a cabo por una mujer, yo estaba llorando y temblando. Tener a alguien tocándome tan pronto después de aquello fue aterrador.

Más tarde, no pude soportar estar cerca de grupos de hombres egipcios. Y cuando se hizo de noche, me entró el pánico, y no podía soportar mirar a cualquier hombre a los ojos. Me aferraba a Callum todo el tiempo. Mientras conducíamos alrededor de El Cairo, no podía dejar de pensar “de todas las personas que han pasado por delante hoy, uno de ellos debe haber estado en esa multitud de cientos de anoche. Sólo uno.”

Estoy decidida a continuar con mi documental en algún momento. No tengo ningún equipo, (ni siquiera ninguna de mis fotos) estoy nerviosa acerca de la posibilidad de no cobrar el seguro para cubrir todo el equipo y todo lo que me ha pasado, y no hay dinero para reanudar el proceso. Pero voy a llegar hasta allí. Tengo que encontrar un resquicio de esperanza a esta experiencia. Tengo que darla a conocer, es mi deber hacerlo. Tengo que hacer esto, no voy a ser conducida a la sumisión. Voy a superar esto y volver más fuerte y más sabia. Mi documental será impulsado por mi pasión para ayudar a que la gente tome conciencia de la gravedad de este problema, y que no es sólo una historia que pasa, una breve noticia de que llame la atención de la gente y que luego se olvida. Esta es una tendencia constante y tiene que parar. Mujeres árabes, mujeres occidentales – hay tantas víctimas…

Estoy decidida a volver a este maravilloso país y a la ciudad que amo, y encontrar a su gente una vez más. Estoy decidida a desafiar los estereotipos e ideas preconcebidas que la gente tiene de las mujeres árabes de regreso en el Reino Unido y los EE.UU.. Tengo mucho que decir, y lo voy a decir, con el tiempo.

Así que, para cualquier persona que asuma riesgos, ya sea en el Reino Unido o en todo el mundo, por favor, que tenga cuidado y no cometa los mismos errores. No se deje llevar por una ola de euforia. No permita que nada nuble su juicio. Yo no estaba suficientemente concentrada, porque estaba distraída por el maravilloso ambiente que me fue animando después de un día difícil.

Pero no se convierta en víctima. No deje que las malas experiencias arruinen su vida y determinen su futuro. Una de las peores cosas que sentí hace dos noches fue que nunca me había sentido tan impotente. No tenía el control y fui violada. Pero ahora puedo retomar el control y la reconstrucción de mi confianza, y aprender de mi experiencia.

Nada, ni nadie, me va a detener. Cuando esté lista, voy a terminar esto. El show debe continuar.

Muchas gracias por leerme.

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